Pobreza, distribución del ingreso y renta básica

  • Rogelio Huerta Quintanilla

Resumen

Uno de los grandes problemas económicos y sociales que enfrentan las sociedades contemporáneas es el desempleo y subempleo de buena parte de la Población Económicamente Activa (PEA). Frente el deterioro del empleo, la reducción en la cantidad total de salarios que perciben los trabajadores –que afectan sus niveles de consumo y su calidad de vida–, se ha propuesto como alternativa viable, la introducción de una renta básica o ingreso ciudadano universal que sirva como fuente alternativa de ingresos para la población más vulnerable.

La pobreza tiende a extenderse y no hay forma de reducirla, a pesar de la aplicación de amplias y muy difundidas políticas sociales, esto se debe a que en el fondo, la pobreza es explicada fundamentalmente por la inequitativa distribución del ingreso, que a su vez, es explicada por las bajas y pobres remuneraciones que reciben los trabajadores en los diversos puestos de trabajo. La precarización del trabajo ha traído como consecuencia la agudización de la mala distribución del ingreso y esto acarrea una estrecha demanda efectiva por parte de los afectados que a su vez incide en una reducción en la calidad de vida. Para revertir esta tendencia es que se ha propuesto como derecho universal la implantación de una renta básica.

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